
La cer�mica en la obra de Gaud�:
El Modernismo fue pr�digo en la utilizaci�n de la cer�mica, no
solo en Catalu�a, tambi�n en
Valencia o en otros lugares de la pen�nsula Ib�rica. Pero
esto tambi�n ocurre en el Art Nouveau en muchos sitios de Europa. Recordemos como ejemplo la Majolikahaus de Otto Wagner
en Viena. Por lo que se refiere a Gaud�, la cer�mica es
omnipresente en su obra. Es tal vez uno de sus elementos m�s caracter�sticos, que
analizaremos con criterio cronol�gico en su obra.
Ya en el a�o 1879,
hallamos la primera referencia a Gaud� en los libros de la f�brica de
cer�mica Pujol i Bausis - ver el trabajo de P�a Subias dentro del libro Tradici�n y
modernidad, la cer�mica en el modernismo, publicado don motivo del IX
Congreso Anual de la Asociaci�n de Ceramologia -, en que se menciona un color
amarillo al que se le menciona con el nombre de Gaud�. Posteriormente persisten estas
referencias y las volvemos a encontrar en los a�os 1882, 83, 84, 93 y 94.
Esto nos indica que desde sus primeras obras, Gaud� ya utiliz� los recubrimientos cer�micos como un
elemento esencial en sus trabajos.
En la casa El Capricho
tambi�n conocida como Villa Quijano en honor de su propietario, en la villa
c�ntabra de Comillas, construida entre 1883 y 1885, ya encontramos una
extensa decoraci�n cer�mica producida probablemente en la f�brica
Pujol i Bausis de Esplugues de Llobregat.
En todo caso, el o rigen
tambi�n podr�a del todo o en parte ser otro, pero lo que es cierto, es que
en El Capricho, Gaud� cre� unas fachadas con predominancia de ladrillo
amarillento y rojizo dispuesto en franjas horizontales, altern�ndolo con
piezas cer�micas que representan girasoles en relieve a su vez alternando
con otras piezas verdes que le dan a la fachada un aspecto ondulante de gran
elegancia. La torre est� casi completamente recubierta de cer�mica en
relieve.
Para los Pabellones G�ell en
Barcelona, construidos en el a�o 1883, Gaud� escoge baldosas de un solo
color azul y verde y otras jaspeadas de los mismos colores con los que
adorn� con austeridad los muros de obra vista. El exterior muestra una rica
decoraci�n cer�mica de color claro con formas de concha que ocupan la
mayor�a de las superficies, excepto las que expresamente quedan con su base
de obra vista y los coronamientos que tienen decoraciones variadas
frecuentemente tambi�n completadas con cer�mica policroma.
Una de las obras de Gaud� con m�s contenido cer�mico es
el Park G�ell. Efectivamente, en toda la importante
extensi�n del parque, encontramos elementos cer�micos de formas y dibujos
muy variados. Muchas zonas del parque, especialmente la entrada, la escalera
principal, la sala hip�stila y la gran plaza nos muestran un estallido de
formas y de colores en cer�mica. Esta riqueza ya se nota antes de entrar al
Park,
puesto que empezando desde el exterior, toda la pared de cierre est� llena
de medallones y motivos cer�micos. Todos estos adornos son de dimensiones
importantes y tienen como motivo b�sico la P de Park y la G de G�ell con
fondos de colores variados - rojo, azul, blanco, verde, etc., con dibujos y
formas siempre diferentes. Esta disposici�n permiti� a Gaud� romper con
cualquier idea de monoton�a y aplicar su principio de que el color debe
estar siempre presente en toda obra arquitect�nica.
En la puerta de entrada, los edificios de conserjer�a - Administraci�n - y
la Tienda, a ambos lados de la puerta principal son tambi�n de una riqueza
extraordinaria de color y de fantas�a con un tejado recubierto completamente
de "trencadis" con predominio de los colores marrones en la conserjer�a y
del blanco y azul en la tienda. El resto de las fachadas de estos dos
edificios, presentan muchas tonalidades diferentes con ventanas enmarcadas
con cenefas florales cer�micas y nuevamente los medallones haciendo
referencia al promotor - G�ell -.
Hoy en d�a, parece claro que estos "trencad�s" son procedentes de la f�brica
Pujol i Bausis en Esplugues de Llobregat.
En la decoraci�n de los tejados, Maria Pia Subias encuentra una recuperaci�n
de la tradici�n g�tica catalana y valenciana defendida por los arquitectos
Font i Gum� y Antoni Maria
Galliss�. Seg�n la misma autora, en las c�pulas de la conserjer�a
podemos encontrar baldosas dibujadas por este �ltimo arquitecto y tambi�n
baldosa procedente de Manises y Onda en el Pa�s Valenciano.
Antes de subir por la escalera central, podemos admirar a la derecha las
almenas recubiertas de cer�mica que coronan la cueva y los motivos cer�micos
decorativos situados debajo. M�s arriba y ascendiendo ya por la escalera, en
los rellanos encontramos a ambos lados alternando con el "trencad�s" bla nco
de las barandillas diversos medallones hexagonales con motivos florales y
arabizantes diversos. E el centro de la escalera nos esperan la serpiente y
el drag�n con una cer�mica de un cromatismo muy mediterr�neo.
Llegados al nivel de la Sala hip�stila, nuevamente una gran demostraci�n de
decoraci�n cer�mica con las bases de las columnas recubiertas hasta un
cuarto de su altura con baldosa blanca. Pero lo m�s impresionante, es quiz�s
el recubrimiento del techo con "trencad�s" blanco, decorado con numerosos
medallones representando el sol y la luna en estaciones diferentes.
Nos queda todav�a llegar al climax de todo el esplendor y magnificencia de
la imponente decoraci�n cer�mica que presenta el Park. Nos referimos al
banco
ondulado que siguiendo la idea general de Gaud�, realiz�
Josep Maria Jujol. Este es probablemente el m�s
espectacular ejemplo de "trencad�s" de todo el mundo. La mayor�a de las
piezas cer�micas que lo componen son de Pujol i Bausis.
Est� documentado el env�o de 12.000 baldosas en junio del a�o 1904, pese a
que, como en otros casos, tambi�n intervinieron otros fabricantes como
Sebasti� Rib� y otros de Manises y Onda en el Pa�s Valenciano. La
restauraci�n a que fue sometido el
banco opt� por sustituir las piezas estropeadas, por otras de color blanco,
con la idea de no alterar los dise�os originales de Gaud� y Jujol, pero
posteriormente estos trabajos han sido sometidos a algunas cr�ticas. Sobre
este tema, ya sabemos que en Barcelona cualquier restauraci�n de monumentos,
inevitablemente, genera pol�micas.
La fachada exterior de la
Casa Batll�
en el Paseo de gracia de Barcelona es una org�a cer�mica. Cuando vemos el
edificio sorprende la espectacular sinfon�a de colores, en el que predominan
las tonalidades verdes y azules de una brillantez y una nitidez remarcables.
La fachada posterior, mucho m�s austera tambi�n muestra una decoraci�n
cer�mica que procede de las f�bricas de Pujol i Bausis y de Sebasti� Rib�.
El patio interior presenta un degradado en morat�n que procede de la f�brica
de Sebasti� Rib� en Sant Mart� de Proven�als - actualmente barrio del Clot
de Barcelona -.
Las chimeneas de
La Pedrera
tambi�n presentan una decoraci�n cer�mica procedente de Pujol i Bausis,
aunque el conju nto
del edificio tiene un aspecto muy diferente a la riqueza crom�tica de la
Casa Batll�, al imponerse de una manera total la piedra y el
hierro forjado, por lo tanto con una coloraci�n mucho m�s uniforme.
Poco o mucho, vemos que todas las obras de Gaud�
muestran una notable riqueza de decoraci�n cer�mica. Todav�a podr�amos
ampliar considerablemente esta pagina con otros ejemplos como la
Cripta de
la Colonia G�ell, el Palacio G�ell,
Bellesguard, el Colegio de Santa Teresa
o el interior del Palacio Episcopal de Astorga, pero nos limitaremos a
a�adir una menci�n a otra de sus obras de juventud, la
Casa Vicens, no porque
el propietario fuera fabricante de baldosas, dato que cada vez es m�s
discutido, sino por mostrarnos, como El Capricho, una obra temprana con un
notable dominio de los elementos cer�micos con un cromatismo de grandes
contrastes, que probablemente en su �poca de construcci�n deb�a de
escandalizar a m�s de un purista.
|
|