El pensamiento pol�tico y
patri�tico de Gaud�:
Gaud� fue toda su vida un
ferviente patriota catal�n. De esto tenemos noticia, no s�lo en el extenso
anecdotario que refleja su posici�n pol�tica y los numerosos testimonios de
su conocida y en�rgica posici�n de defensa de la lengua y tradiciones del
pa�s, sino tambi�n en la abundant�sima presencia de s�mbolos nacionales
catalanes que encontramos en toda su obra. Las cuatro barras y la cruz de
Sant Jordi en diferentes versiones, est�n presentes en la decoraci�n de sus
edificios.
Especialmente durante su juventud Gaud� estuvo extraordinariamente
interesado en el conocimiento del pa�s. Por esta raz�n ingres� en la
"Asociaci�n Catalanista de Excursiones Cient�ficas" donde trabaj� con un
grupo de apasionados patriotas defensores del arte, el paisaje, la cultura y
el idioma de Catalu�a.
En t�rminos sociales y pese a la influencia de Ruskin, ser� m�s bien
conservador. Se ha dicho que era un enemigo decidido de la
industrializaci�n, pero de esto no tenemos una certitud absoluta, puesto que
el entorno pol�tico en que vivi� en su juventud y en una ciudad industrial
como Reus - entonces la segunda ciudad de Catalu�a - con una importante
poblaci�n obrera, era de tendencias m�s bien revolucionar�as como se
manifiesta en las numerosas manifestaciones, m�tines, reuniones
clandestinas, pronunciamientos e insurrecciones que se celebran en la
juventud de Gaud�. En especial hace falta se�alar la revoluci�n de
septiembre de 1868. Gaud� ten�a entonces 14 a�os.
Desde el punto de vista nacional catal�n, este es tambi�n un periodo de gran
efervescencia, la Renaixen�a inicia una r�pida y activa expansi�n a partir
de 1860. Se reinician los Juegos Florales que el a�o 1865 galardonan al
Padre Cinto Verdaguer. La arquitectura, la literatura, el teatro, la
escultura y la m�sica toman un nuevo impulso que se extiende no s�lo a la
Catalunya estricta - el Principado -, sino tambi�n a Val�ncia. Mallorca y la
Catalu�a Norte (separada de Catalu�a por el Tratado de los Pirineos) que
retoman el uso literario de la lengua. Este impulso, se extiende tambi�n a
nuestra cultura hermana, la occitana, que impulsada por Fr�d�ric Mistral
tambi�n manifiesta una nueva fuerza. Pese a sus convicciones catalanistas,
Gaud� - a la inversa que sus reconocidos colegas Llu�s
Dom�nech y Montaner y Josep Puig y Cadafalch -
nunca particip� activamente en la pol�tica -.
Su visi�n de la pol�tica era esencialmente honesta y catalanista. Como
ejemplo, sus palabras "Un pueblo no se puede matar; se pueden ahogar voces,
cerrar v�lvulas, pero entonces la presi�n aumenta y crece el peligro de
explosi�n. Y si tantas v�lvulas se cierran, la explosi�n es inevitable".
Algunos autores y en especial J. M. Carandell le atribuyen simpat�as y
relaciones con la masoner�a, al encontrar en su obra una cierta abundancia
de simbolog�a en este sentido, pero fuera de estos aspectos, no tenemos
referencias fehacientes sobre ello que, adem�s, contrastar�a fuertemente con
sus reconocidas creencias religiosas cat�licas. |
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