ISAAC ALB�NIZ I PASCUAL   (1860-1909)

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 Sobre Isaac Alb�niz:  Biograf�a  Nacimiento de un ni�o prodigio  Una infancia muy movida  Contactos de alto nivel  Alb�niz compositor  Alb�niz, m�sico Modernista?  Matrimonio y madurez  Contratos de composici�n  El entorno y los primeros s�ntomas de la enfermedad  La enfermedad  mortal  La estancia en el balneario de Cambo-les-bains y la muerte
 Obra M�sica sinf�nica M�sica concertante M�sica de c�mara M�sica instrumental  Obra esc�nica  M�sica incidental  M�sica vocal
 Fuentes e informaci�n adicional:  La m�sica de Alb�niz, una s�ntesis de estilos   Epitafio de Federico Garc�a Lorca   Comentarios sobre la vida y la obra de Alb�niz   Comentarios y elogios necrol�gicos   Museo Isaac Alb�niz en Camprodon (Catalu�a)   Libros sobre Alb�niz   M�sica (Discos - Grabaciones) de Isaac Alb�niz   Links   Bibliograf�a   Otros M�sicos Modernistas Catalanes 
 

Isaac Albéniz a los trece años

Isaac Alb�niz a los trece a�os

 

Isaac Albéniz a la edad de diecisiete años

Alb�niz a los diecisiete a�os

 

Isaac Albeniz a los diecinueve años

Isaac Alb�niz a los diecinueve a�os

 

Isaac Albéniz hacia 1880

Isaac Alb�niz hacia 1880

 

Isaac Albéniz hacia 1890

Isaac Alb�niz hacia 1890

 

Retrato de Isaac Albéniz en época de plenitud al piano

Plenitud de Alb�niz al piano

 

Albéniz hacia 1905, ya con signos de la enfermedad en el rostro

Alb�niz hacia 1905, ya con signos de la enfermedad en el rostro

 

Albéniz ya fuertemente tocado por la enfermedad hacia 1908

Alb�niz ya fuertemente tocado por la enfermedad hacia 1908

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Obra:

M�sica sinf�nica:
-Suite caracter�stica para orquesta (ca.1886)
-Escen
as sinf�nicas catalanas (1888-1889)
-La Alhambra (1896-1897)
-Petit Suite �S�r�nade Lorraine (1898)
-Rapsodia Almog�var (1899)
-Catalonia, suite populaire pour orchestre en trois parties (1899)

M�sica concertante:
-Rapsodia espa�ola para piano i orquesta Opus 70 (1887)
-Primer concierto para piano y orquesta
-Concierto fant�stico Opus 78 (1885-1887)
-Segundo concierto para piano y orquesta (inacabado 1892)

M�sica de c�mara:
-Suite de concierto para sexteto (1883)
-Berceuse para viol�n y piano (1890)

M�sica instrumental:
Para piano
-Marcha militar (1869)
-Pavana f�cil para manos peque�as Opus 83 (1881)
-Serena
ta napolitana (1882)
-Pavana-capric
ho Opus 12 (1882)
-Estudio - impromptu Opus 56 (1882)
-Barcarola Opus 23 (1883)
-Sesi peque�os valses Opus 25 (1884)
-Sonata n� 1 Opus 28 (1884)
-Estudio de concierto Opus 29 (1885, 3 de julio)
-Serenada ar�biga (ca.1885)
-Suite morisca (ca.1884)
-Estudio de concierto en Mi menor Opus 21 (1885)
-Deseo, estudio de concierto Opus 40 (1885) "A la meva dona" (A mi mujer)
-Primera suite antigua Opus 54 (ca.1885)
-Seis mazurcas de sal�n Opus 66 (ca.1885)
-Primera suite espa�ola Opus 47 (1883-1894)
-Angustia, romanza sin palabras (1996)
-Segunda suite antigua Opus 64 (1886)
-Siete estudios en los tonos naturales mayores Opus 65 (1886)
-Minueto en Sol menor (1886)
-Tercer minueto (1886)
-Rapsodia cubana en Sol mayor Opus 66 (1886)
-Seis danzas espa�olas (1886)
-Tercera suite antigua (1886)
-Rapsodia espa�ola para dos pianos Opus 70 (1886)
-Rapsodia espa�ola Opus 70 (1887)
-Recuerdos de viaje Opus 71 (1886-1887)
-Sonata n� 4 en La mayor Opus 72 (1887)
-Recuerdos, mazurca Opus 80 (1887)
-Mazurca de sal�n en mi bemol mayor Opus 81 (1887)
-Sonata n� 5 en Sol bemol mayor Opus 82 (1887)
-Vals champagne, vals de sal�n (1888)
-Doce piezas caracter�sticas Opus 92 (1888)
-Amalia, mazurca de sal�n Opus 95 (1888)
-Ricordatti, mazurca de sal�n Opus 96 (1888)
-Segunda suite espa�ola Opus 97 (ca.1889)
-Serenata espa�ola Opus 181 (1889)
-C�diz-gaditana (ca.1889)
-Dos danzas espa�olas Opus 164 (ca.1889)
-Espa�a: Seis hojas de �lbum Opus 165 (1890)
-L'Automme-Vals Opus 170 (1890)
-Zambra granadina en Re menor (ca.1890)
-Mallorca, barcarola Opus 202 (1890) /**/
-R�ves, Sue�os Opus 201 (1890-1891)
-Zorcico en Mi menor (1891)
-Les Saisons (Tambi�n conocido como "Album of Miniatures" (1892)
-Chants d'Espagne Opus 232 (1891-1894)
-Espagne: Souvenirs (1896-1897)
-La Vega (1897)
-Tres improvisaciones en Fa sostenido menor (1903)
-Iberia, "12 nouvelles impressions en quatre cahiers" (1905-1908)
-Navarra (1907)
-Azulejos (
Acabada por Enric Granados 1909)

Obra esc�nica:
�pera
-The Magic Opal (1892-1893)
-Poor Jonathan (1893)
-Henry Clifford (1893-1895)
-Pepita Jim�nez (1895)
-Mar i cel (
Inacabada 1897)
-La S�r�nade (
Esbozada 1899)
-Merlin (1897-1902)
-Launcelot (1902-1904)
-Guenevere (Esbozada)
-La morena (
Esbozada 1905)

Zarzuela
-Cuanto m�s viejo� (1881-1882)
-Catalans de Gracia (1882)
-San Antonio de la Florida (1894)
-La real hembra (
Inacabada 1902)

M�sica incidental
-Po�mes d'amour (1892)
-The Song of Songs (
Esbozada 1905)

M�sica vocal:
Voz y piano
-Cinco rimas de B�cquer Opus 7 (1886)
-Seis baladas sobre textos de la marquesa de Bola�os (1887)
-Chanson de Barberine (ca.1889)
-A Nelli, sis can�ons per cant i piano (1896)
-Has marxat per sempre, Elena? (1896)
-Seras meva? (1896)
-Separats! (1896)
-Dos fragmentos en prosa (1897)
-Sucede con el amor (1897)
-La asamblea de les ratas (
Incompleto ca.1897)
-Los dones de los Dioses (1897)
-La oruga (1903)
-Cuatro canciones (1908)

M�sica coral
-El Cristo (Manuscrito ilocalizado ca.1885)
-Domine ne in furore, Salm VI del Oficio de Difuntos (1885)
-Lo Llacs� (
Esbozo 1896)

Biograf�a:

Nacimiento de un ni�o prodigio:
Isaac Alb�niz naci� en Camprodon (Ripoll�s) el 29 de mayo de 1860. Su padre �ngel Alb�niz era un funcionario destinado a esta poblaci�n, su madre Dolors Pacual era originaria de Figueres.
Primer piano de Albéniz. Encima una fotografía de Albéniz a los dos años de edad con su madre y sus hermanas. Conjunto situado en el  Museo Isaac Albéniz de Camprodon
Era un aut�ntico ni�o prodigio pues ya a los cuatro a�os interpret� en el teatro Romea de Barcelona, donde sus padres habian ido a residir al poco de haber nacido, una fantas�a sobre las "I vespri Siciliani - Las v�speras Sicilianas" de Verdi .
Su primer maestro fue Narcis Oliveras. M�s adelante, en Par�s a los seis a�os cursaba estudios con Antoine Fran�ois Marmontel primero y m�s adelante en el Conservatorio. A los ocho a�os daba conciertos en muchas poblaciones catalanas.
Con vocaci�n clara de pianista desde el primer momento, su m�sica la encontramos en los repertorios de los grandes int�rpretes, que la han escogido como una clara referencia de la m�sica popular andaluza para este instrumento.
Los motivos de inspiraci�n andaluza ocupan una parte importante de su producci�n como compositor - pese a su nacimiento en Catalu�a, su producci�n de m�sica de inspiraci�n catalana no es tan abundante -. Esto no se obst�culo para que Alb�niz fuera un hombre eminentemente catal�n, de aquellos que actualmente podr�amos denominar "catal�n universal".

Una infancia muy movida:
Al ser su padre �ngel Alb�niz funcionario del estado Isaac Alb�niz conoci� desde muy peque�o muchos lugares de la pen�nsula ib�rica. Naci� en Camprodon porque all� estaba
Angel Albéniz, padre de Isaac entonces destinado su padre. Al cabo de tres a�os lo destinan a Sitges, y s�lo unos pocos meses m�s tarde a Barcelona. A�os despu�s es represaliado y va a parar a la oficina de aduanas del puerto de Almeria, destino que pierde por sus implicaciones pol�ticas y la familia vuelve a Barcelona, pese a que Isaac (que tiene ocho a�os) se halla entonces en Madrid (donde aprobar� el examen de primero de solfeo en el conservatorio de la capital). El mes de julio, nuevo cambio de domicilio, ahora a C�ceres.
Va de C�ceres a Madrid regularmente para asistir a las clases de solfeo de Feliciano Primo  y de piano por Manuel Mendiz�bal. Con diez a�os, da recitales con entusiasmo siempre que le es posible, mientras no deja de estudiar.
Su padre vuelve a ser destinado a Madrid, donde se traslada toda la familia. Es la �poca en que se da a conocer con recitales en Valladolid, Salamanca, Palencia, Le�n, Oviedo, Avila, El Escorial, un amplio recorrido por Andaluc�a, en fin, un ciudades, pueblos i lugares d�nde ya empieza a ser pedida la presencia del joven pianista.

Cuando tiene catorce a�os su hermana Blanca se suicida en el Parque del Retiro de Madrid, donde era miembro del coro del teatro de la Zarzuela.
En 1875 su padre, �ngel *Alb�niz, es nombrado "Interventor general de correos" en Puerto Rico y La Habana, nuevamente al siguiente a�o volver� a perder este trabajo, por lo que volver� a Madrid. Pero para Isaac todas estas circunstancias no son nada m�s que una genial manera de darse a conocer y de visitar un nuevo pa�s. Durante este periodo actu� como pianista en ciudades como San Juan de Puerto Rico, Santiago de Cuba, as� como en locales diversos de La Habana.

Contactos de alto nivel:
Al a�o siguiente (1876) el prestigio de Alb�niz se difunde dentro de los c�rculos aristocr�ticos de Madrid. En este hecho tiene una intervenci�n capital la figura de Guillermo Morphy Ferris, (Conde de Morphy secretario particular de Alfonso XII), que entusiasmado por
Retrato del Conde Morphy su talento le abri� las puertas de la Corte. Este personaje influy� para que  le fuera otorgada una pensi�n real para estudiar en el Conservatoire Royal de Bruselas, donde perfeccion� los estudios de solfeo y piano.
A partir de este momento podemos decir ya, que Alb�niz inicia su singladura vital independiente de los destinos de trabajo paternos.
Hombre de una imaginaci�n inagotable, su talento agota el campo de la propia m�sica, incluso le hace inventarse situaciones y an�cdotas, como
el supuesto encuentro con Franz Liszt, que en su diario fecha el 18 de agosto de 1880 en Budapest, cosa imposible por lo visto, puesto que Liszt estaba en Weimar por estas fechas. El exhibicionismo de ni�o prodigio deb�a de influirle, como cuando tocaba con los ojos vendados, o de espalda al piano, o con un tejido sobre las teclas por dificultarlo m�s. Por esto en su diario, por mucho que indudablemente nos ayuda en el estudio del personaje, no es menos cierto que encontramos muchas situaciones descritas que hemos de contemplar con mucha cautela, o cuando menos, saberlas interpretar.

Alb�niz compositor:
En la d�cada de los ochenta, es decir con 20 a�os cumplidos, profundiza decisivamente en la composici�n, sin dejar de pasear su virtuosismo por muchas poblaciones europeas.
Durante un periodo daba clases a sus disc�pulos (lleg� a tener una importante clientela de extracci�n arist�crata), y al final del d�a, pese al cansancio acumulado, se pon�a a componer p�ginas y p�ginas de m�sica, puesto que con el editor Romero y And�a hab�an
Un ex-libris de Isaac Albéniz firmado un contrato por el que este le pagaba cinco pesetas de la �poca por p�gina in�dita. Romero se pensaba que hab�a hecho un buen negocio, pero Alb�niz era tan prol�fico que pronto el mismo editor le suplic� que rescindieran el contrato, puesto que Alb�niz se las ingeniaba por ofrecerle diariamente docenas de p�ginas, que era m�s de lo que el editor estaba dispuesto a pagar.
Debemos hacer referencia a la gran cantidad de manuscritos actualmente perdidos, de los cuales tenemos notic�a por cartas, documentos, manifestaciones de gente pr�xima y estudiosos de su figura. Igualmente nos encontramos con gran cantidad de obras empezadas, a veces simples bocetos, de una o dos p�ginas de escritura que en caso de haberse acabado hubiesen podido ser verdaderas obras de arte musical.
Esto nos da una idea de la exuber�ncia de su car�cter, de la permanente inquietud que lo marc� y de la ambici�n por mejorar su expresi�n musical.
Un vasto cat�logo de su producci�n expuesto con toda clase de detalles adem�s de una discografia recomendada la encontramos en el reciente libro "Alb�niz" del Music�logo Justo Romero.
El a�o 1883 va a ser muy importante en la vida de Alb�niz.
Al volver de un viaje por Sur Am�rica va a establecerse nuevamente en Barcelona donde conoci� a
Felip Pedrell uno de los m�s grandes m�sicos y compositores catalanes y gran estudioso de la m�sica antigua, que lo convenci� de la necesidad de desarrollar un estilo musical m�s moderno y profundamente nacional.

Alb�niz, m�sico Modernista?:
Alb�niz vivi� de pleno el periodo �lgido del Modernismo que se desarrolla b�sicamente entre 1890 y 1910.
Aunque en m�sica es dif�cil hablar en Catalu�a de una escuela modernista propiamente dicho (en el mismo sentido que en Francia, por ejemplo, podemos hablar de Claude Debussy o Eric Satie), est� bien claro que las caracter�sticas de su m�sica se incluyen en este movimiento, muy orientado a una visi�n popular de las artes y de la m�sica y a una libertad de creaci�n que romp�a con la rigidez acad�mica que hab�a imperado hasta la eclosi�n del Modernismo y que ya se hab�a empezado a manifestar en la obra de Felip Pedrell.
En este aspecto representa una aportaci�n importante en la investigaci�n del Modernismo musical en Catalu�a, la obra de Xos� Avi�oa y en particular sus llibros "La m�sica i el Modernisme" y "Modernisme i Modernistes - M�sica i Modernisme: Definici� i Per�ode -" (ver Bibliograf�a).

Matrimonio y madurez:
Se casa con su alumna Rosina Jordana el 23 de junio de 1883 en la iglesia de la Virgen de
Albéniz con su esposa Rosina Jordana la Merced, en Barcelona. De este matrimonio nacer�n cinco hijos, cuatro chicas (dos de ellas muertas a corta edad) y un chico.
El 1885 el matrimonio se traslada a vivir a Madrid
En la Exposici�n Universal de Barcelona del a�o 1888 realiza una serie de conciertos que lo catapultan hacia un mayor prestigio art�stico. El hecho es que el 13 de junio del a�o siguiente, despu�s de una fabulosa acogida, act�a en el Prince's Hall de Londres, d�nde recibe grandes elogios por parte de la prensa brit�nica; tan grand es su �xito que se queda en el Reino Unido d�nde da m�s conciertos - en el Saint James Hall, en el Steinway Hall y el Crystal Palace - durante todo aquel a�o.
Ya no hay ninguna duda sobre el reconocimiento de la val�a de nuestro m�sico, que nuevamente por estas fechas decide instalarse en Barcelona, si bien no ser� ni muchos
Isaac Albéniz en el centro atrás, con su familia menos de una manera estable puesto que en aquella mente no hay nada definitivo, pero que con sus compatriotas reencuentra el cosmopolitismo que hab�a ido descubriendo en sus  viajes de juventud.
Su carrera como pianista llega a su zenit durante los a�os 1889-92 en que adem�s de los conciertos citados en la Gran Breta�a, celebra otros en Alemania, Austria, B�lgica y Francia.
Adem�s de en Londres y Barcelona, tambi�n vivi� en Par�s (donde ense�� en la Schola Cantorum), Bruselas, Niza y Leipzig entre otras ciudades. Pero fue en Andaluc�a donde capt� la esencia de las melod�as del lugar, d�nde cre� un estilo que hizo que popularmente diera m�s la sensaci�n de haber nacido all�, que no en otro lugar.

La m�sica de Alb�niz, s�ntesis de estilos:
Seg�n Yale Fineman, Alb�niz introduce en su m�sica muchos elementos procedentes del sur dPartitura de la Suite Española de Isaac Albénize la pen�nsula Ib�rica, b�sicamente de Andaluc�a, en sus composiciones. Transporta al piano el idioma de la guitarra. Si comparamos sus primeros trabajos en que la guitarra es el instrumento b�sico, con uno de los �ltimos, la Suite Iberia por ejemplo, constatamos que esta es mucho m�s claramente pian�stica. Tambi�n las diferencias son notables con respecto a su construcci�n formal alternando al final las formas de la sonata con las de la copla y esta con interludios y danzas.
Con Iberia, suite de una extraordinaria complejidad t�cnica, Alb�niz hace entrar su m�sica en el siglo XX. Enriquece su vocabulario musical que se hace mucho m�s interesante no s�lo para los mel�manos, sino para el p�blico en general.
Alb�niz es capaz de combinar elementos de la m�sica europea contempor�nea con el idioma musical Andaluz y con la m�sica popular Catalana. Pese a contener estos elementos extranjeros (europeos), su m�sica ser� entusi�sticamente aceptada por su gente.

Contratos de composici�n:
Entre los a�os 1890 y 1893, Alb�niz vivi� preferentemente en Londres. En este periodo, adem�s de continuar la composici�n para piano y la realizaci�n de conciertos en el mismo Londres y en otras ciudade
Isaac Albéniz y el banquero Francis Money-Coutts (Lord Latymer)s europeas, escribi� algunas operetas y canciones de �xito que le permitieron ser temporalmente contratado como compositor principal y director en el Teatro Pr�ncipe de Gales. En el a�o 1893, le ofrecieron hacer definitivo este nombramiento, pero Alb�niz prefiri� volver a Barcelona y posteriormente a Par�s.
Entonces Alb�niz ya se hab�a convertido en un punto de observaci�n para gente que quieren rentabilizar el genio. Hay una competici�n entre varios empresarios, banqueros y poetas ingleses, que le hacen ofertas econ�micas sustanciosas, para que musique poemas y dramas ingleses. Finalmente contacta con un rico banquero ingl�s Francis Money-Coutts (Lord Latymer) que ten�a la afici�n de escribir dramas po�ticos que quer�a musicar.
Firman un contrato, que era atractivo para Albeniz porque le permit�a conseguir una estabilidad financiera para �l y su familia. Esta obligaci�n tiene dos vertientes: por una parte le trae tranquilidad econ�mica que �l aprecia despu�s de las privaciones de a�os pasados, pero por otro lado cumple con los contratos sin la inspiraci�n y el sentimien
Isaac Albéniz leyendo el periódicoto que hab�a sentido anteriormente a la hora de componer piezas que eran art�sticamente muy apreciadas por �l. Quien sabe si a�ora los momentos en que su ilusi�n le inspir� las peque�as joyas para piano que tan popular lo hicieron, aunque tuvieran una peque�a o nula rentabilidad, aunque fuese ahora uno de los m�sicos m�s bien pagados del momento.
No le resultaron f�ciles este encargos. En la m�sica orquestal no encuentra la magia sonora de un piano solo, y su composici�n se debate entre las formalidades a que le obligan los diversos instrumentos y la inspiraci�n que debe buscar a precio alzado. Quiz�s pecaba de autodidacta, a falta de un academicismo conseguido demasiado a la fuerza.
A este periodo corresponde lo Opera Pepita Jimenez basada en la obra de Juan Valera, que obtuvo un notable �xito, siendo representada en Barcelona (1896), Praga (1897), Bruselas (1905) y Par�s (Opera-Comique, 1923).

El entorno y  los primeros s�ntomas de la enfermedad:
En las tertulias con sus amigos m�sicos (Faur�, Dukas, Granados, Malats, Breton entre 
Albéniz interpretando una pieza al piano con un grupo de amigos otros) ped�a siempre su parecer, les preguntaba su opini�n sobre este o aquel detalle, a pesar de ser ya una personalidad reconocida. El brillante pianista siempre quer�a aprender, siempre aprender; aprender m�s para llegar a componer para orquesta con igual sensibilidad y ligereza que lo hac�a por piano. Al m�sico no le es ajeno el entorno que le toca vivir.
Tiene una visi�n negativa de su tiempo que se refleja en la correspondencia que mantiene con su hermana Clementina durante su estancia en el balneario de Plombi�res el verano de 1898, seguramente debida a que su salud ya empezaba a manifestar signos de deterioro. Efectivamente, coincidiendo con sus treinta y siete a�os leemos en su diario un largo p�rrafo que refleja la situaci�n de un hombre todav�a joven, pero cansado ya por la madurez vivida y adquirida en su trayectoria vital, reflexionando sobre s� mismo, sobre si ha hecho o no bien las cosas, en el reconocimiento de los temores que toda persona siente en su soledad, ya apagado el rumor de los aplausos y los elogios mundanos. Este redactado est� escrito en el hotel d�nde se encontraba en Praga, mientras se estaba ensayando su obra Pepita Jim�nez.

La enfermedad mortal:
A pesar de que pas� muchos a�os con su enfermedad tortur�ndolo, no por esto dej� de componer con toda la fuerza de voluntad del mundo.
Albéniz con Francis Money-Coutts y otros amigos
Casi durante doce a�os sufri� el Mal de Brigth (nefritis cr�nica), pasando etapas de crisis agudas, tan es as� que durante una estancia en Inglaterra en que cay� gravemente enfermo, se extendi� el rumor � infundado - de su muerte, que pronto qued� desmentido.
En tal momento, el cronista del Heraldo de Madrid, Louis Bonafoux, escrib�a: "Alb�niz esta con los ri�ones rotos, pero conserva toda su innata fuerza vital y el optimismo, que lo llevan tercamente a seguir viviendo, y lo que es m�s grave, a trabajar!". No pod�a este catal�n de casta hacer otra cosa que trabajar mientras el cuerpo aguantara.
Con este esp�ritu, dej� el mundo de la interpretaci�n y se dedic� plenamente a la composici�n. Multitud de obras de mayor o menor envergadura se quedaron en bocetos, muchas se completaron, como es el caso, entre otros, de "Merlin", "La real hembra" durante el a�o 1902, "Launcelot" en 1904 y las doce piezas de "Iberia" en 1906 .
Vuelve a viajar por todas partes pese a su padecimiento f�sico. Pero todo tiene un l�mite.

La estancia en el balneario de Cambo-las-bains y la muerte:
Por recomendaci�n de los m�dicos, el 1 d�Abril de 1909, abandona Par�s d�nde entonces viv�a, y con toda la familia se instala en el balneario de Cambo-las-Bains (Pa�s Vasco), en busca de un clima m�s adecuado. Se va haciendo evidente que el final se acerca y las autorizadas dosis de morfina que se le administran, a duras penas menguan su padecimiento.
Un emocionante encuentro tuvo lugar a primeros de mayo, al recibir la visita de su apreciado Enric Granados, tray�ndole noticias de buena parte de sus amigos. Efectivamente, Debussy, Dukas, Faur�, de Indy y el mismo Granados hab�an pedido al gobierno franc�s la Gran Cruz de la Legi�n de Honor para �l, condecoraci�n que pronto iban a concederle. Todo esto escrito en una carta que le entreg� al moribundo. Entonces se abrazaron - seg�n testigos directos - y ninguno de los dos era capaz de decir nada llevados por la emoci�n y los llantos, hasta que el mismo m�dico, haciendo valer su autoridad los separ� para que no siguieran dej�ndose ganar por la emoci�n. Despu�s se desahogaron en una larga y c�lida
Chalet en Cambo les Bains donde murió Albéniz conversaci�n en la que Granados le dio cuenta de los �ltimos hechos musicales, le coment� su pr�ximo viaje a Estados Unidos para dar a conocer su obra. Alb�niz le pide que tocara algo al piano. Granados se pone a interpretar "La maja y el ruise�or", in�dita en aquellas fechas, y mientras lo hac�a, le quiso dar una sorpresa al amigo, y, sin decir nada, par� su interpretaci�n y empez� a tocar la barcarola "Mallorca", que era una peque�a pieza concebida durante un viaje de los dos a las Baleares, una manera de recordar sin decir nada.
Este d�a que transcurri� en compa��a de Granados fue de los �ltimos en que Alb�niz se mantuvo l�cido.
Muri� hacia las 8 de la tarde del d�a 18 de aquel mes de Mayo de 1909 faltando pocos d�as para que cumpliera 49 a�os.
Su muerte fue muy sentida. Los restos de Alb�niz estuvieron todav�a unos d�as en Cambo, d�nde se dirigi� el prefecto de los Bajos Pirineos a rendirle homenaje y colocar sobre el
Tumba de Isaac Albéniz en el Cementerio de Montjuïc de Barcelona f�retro la Gran Cruz de la Legi�n de Honor.
La comitiva parti� para Barcelona, donde lleg� en tren el d�a 5 de junio a las siete y cuarto del anochecer a la estaci�n de Francia. Se le tribut� una solemne ceremonia de recibimiento, que se prolong� hasta el d�a siguiente.
La Banda Municipal de Barcelona toc� la marcha f�nebre del Crep�sculo de los Dioses de Wagner, el Orfe� Catal� cant� varios pasajes del R�quiem de Faur�, se interpret� la "Marcha f�nebre" de la sonata n� 2 de Chopin�
Tras los solemnes funerales, la comitiva recorri� las calles engalanadas con banderas catalanas a media asta e hizo una emocionante parada ante el teatro de Opera del Liceo. Centenares de personas se unieron a la ceremonia.
M�s tarde fue enterrado en el cementerio de Montjuic.
Es ineludible preguntarse d�nde hubiera llegado este catal�n universal si hubiera tenido una m�s larga vida.

Epitafio a Isaac Alb�niz (Federico Garc�a Lorca):

Esta piedra que vemos levantada
sobre hierbas de muerte y barro oscuro
guarda lira de sombra, sol maduro,
urna de canto sola y derramada.

Desde la sal de C�diz a Granada
que erige en agua un perpetuo muro
en caballo andaluz de acento duro
tu sombra gime por la luz dorada.

�Oh dulce muerto de peque�a mano
�Oh m�sica y bondad entretejida
�Oh pupila de azor, coraz�n sano.

Duerme cielo sin fin nieve tendida
Sue�a invierno de lumbre, gris verano
�Duerme en olvido de tu vieja vida!

14 de Diciembre de 1935

Comentarios sobre la vida y la obra de Alb�niz:
 ï¿½ De un largo trabajo publicado por Claude Debussy cuatro a�os tras su muerte, refiri�ndose a autores ib�ricos, podemos extractar: "� retengamos entre ellos el nombre de Isaac Alb�niz, incomparable virtuoso primero, adquiri� despu�s un conocimiento maravilloso de "oficio" musical� supo sacar partido de la gran melancol�a, del humor especial de su pa�s de origen (�l era catal�n)� en "El Albaic�n" es d�nde podemos encontrar la atm�sfera de las tardes de Espa�a con olores de aguardiente y claveles� lejanos sonidos de guitarra que por la noche se queja� sin copiar con exactitud los temas populares, los ha escuchado, ha bebido en ellos y los traspasa a su m�sica, sin que podamos distinguir la l�nea que separa lo popular de la invenci�n propia�"
� Felip Pedrell dec�a que "Albeniz siente la m�sica por la telepat�a del teclado del piano". El mismo compositor, en la Revista musical catalana escribe "Temperamentos como el suyo no son ense�ables, contienen todo lo que les toca ver, son s�lo digeribles y esto en cierta medida, por no contener ni echar a perder el h�lito del agua cristalina de su innata intuici�n".
� Un pianista de la talla de Francis Plant� opinaba de �l: "Existen los grandes pianistas� Y el gran pianista Isaac Alb�niz".
� Artur Rubinstein aseguraba que "He encontrado el autor que me hace dar lo mejor de m� como int�rprete� Desde entonces, mis grandes �xitos van inseparablemente unidos al nombre ilustre y querido de Isaac Alb�niz".
� Turina dec�a de �l " Catal�n enmoldado en andaluz".

Comentarios y elogios necrol�gicos:
La muerte de Alb�niz removi� el mundo musical de la �poca y las muestras de alabanza hacia su persona se multiplicaron. Recogemos unas cu�ntas.
� Tom�s
Bret�n lo conoci� muy bien en la d�cada de los ochenta. Fueron los a�os de estancia en Madrid. "Ha muerto un gran artista, a la vez que un hombre bueno. Aquel era m�s conocido que este� yo no he conocido un coraz�n m�s bello que el de Isaac Alb�niz�" escrib�a en un art�culo necrol�gico el 21 de mayo de 1909, tres d�as tras el deceso y acababa con un suspiro: "Pobre Isaac! Dios le d� la gloria que, en opini�n de los que lo quisimos y admiramos, se merece."
 ï¿½ Manuel de
Falla, en una carta a Felip Pedrell datada en Par�s el 29 de Diciembre del 1909 "Qu� gran p�rdida hemos sufrido con la muerte de Alb�niz y qu� artista m�s grande era!".
 ï¿½ Su colega y amigo
D�odat de S�verac
, que concluy� la inacabada Navarra, impactado por la noticia de su muerte public� en el Courrier Musical: "� no pod�as acercarte a �l sin adorarlo, porque era la generosidad, la lealtad y la amistad viva� todas las cosas bonitas, ya fueran poes�a, m�sica, pintura, escultura, le emocionaban hasta lo m�s profundo del coraz�n�(su m�sica) es seductora como una flor de azahar, y tambi�n tan ardiente como el sol de Espa�a�"

Museo Isaac Alb�niz en Camprodon:
La poblaci�n en la que naci� Alb�niz, honra la figura de su ilustre hijo con un peque�o pero interesante Museo que contiene objetos personales, abundante documentaci�n entre la que podemos encontrar su certificado de nacimiento, manuscritos originales, libros dedicados a Alb�niz de su biblioteca particular i un facs�mile de la versi�n manuscrita de la Suite Iberia.
 

Tambi�n podemos ver numerosos elementos personales como la cama que llevaba en sus  viajes. Est� all� su primer piano - que pod�is ver fotografiado arriba a la derecha - el piano de cola que Francis Money-Coutts regal� a su hija con motivo de su boda, pinturas relacionadas con Alb�niz y muchas fotograf�as.
El Museo celebra adem�s anualmente un importante festival musical con destacados int�rpretes.
 

Direcci�n: Calle Sant Roc, 22
17867 Camprodon
Tel�fono: (+34) 972 74 11 66
e-mail: [email protected]
Visitas: Concertadas y guiadas
Horario: Lunes a Viernes:

Martes cerrado.
S�bados y festivos:

Domingos tarde cerrado.

Ma�anas de 11h. a 14h.
Tardes de 16 h. a 19h.

Ma�anas de 11h. a 14h.
Tardes de 16h. a 19h.

Precio: Billete normal:  2,40 Euros.
Menos de 18 a�os y jubilados:  1,50 Euros.
Estudiantes con carnet:  1,50 Euros.
Grupos de m�s de 20 personas:  1,50 Euros.
Menos de 10 a�os: No pagan.
Tienda: Se venden recuerdos, postales, partituras, discos, etc.

Texto de Ricard Comas i Figueras
Fotografias publicadas con la autorizaci�n del Museo Isaac Alb�niz de Camprodon
Agradecemos su colaboraci�n al Ayuntamiento de Camprodon, la Direcci�n del Museo y a la Se�ora Marta Alberich.

LINKS seleccionados a otras webs sobre Isaac Alb�niz i Pascual

-The Life of Isaac Albeniz  Una extensa web sobre Isaac Alb�niz. 
-Isaac Albeniz - an overview of the classical composer Interesante web sobre Alb�niz que incluye la interpretaci�n de algunas composiciones.  
-Isaac Alb�niz i Pascual - Viquip�dia  Isaac Alb�niz en Wikip�dia  
   y otros idiomas.
-Classical Music Dictionary - Free MP3 Algunas composiciones de Alb�niz. 
-
ALBENIZ, ISAAC Biograf�a de Alb�niz. 

 

Bibliograf�a especifica sobre Isaac Alb�niz i Pascual

T�tulo Autor Publicado por A�o
Isaac Alb�niz: Portrait of a Romantic Aaron Clark, Walter Oxford UP   New York

Isaac Alb�niz, un catal� universal

Amat Cortes, Joan Cevagraf, SCCL   Barcelona 1998
Alb�niz Avi�oa, Xos� Edicions Daimon   Tarragona 1986
La m�sica i el Modernisme Avi�oa, Xos� Curial 1985
Modernisme i Modernistes - Musica i Modernisme: Definici� i Per�ode - Avi�oa, Xos� Lunwerg editores 2001

Alb�niz

Gauthier, Andr� Espasa Calpe   Madrid 1978
Isaac Alb�niz. Notas cr�tico-biogr�ficas de tan eminente pianista Guerra y Alarc�n, Antonio Fundaci�n Isaac Alb�niz   Madrid 1990
Vida de Alb�niz Heras, Antonio de las Ediciones Patria   Barcelona 1942
Spanish Music in the Twentieth Century Marco, Thomas 1993
S�ntesi hist�rica de la m�sica catalana Martorell, Oriol / Valls, Manel Els llibres de la frontera   Sant Cugat del Vall�s 1985

Alb�niz, Espa�a en "suite"

Montero Alonso, Jos� Editorial Silex   Madrid 1988
Concierto de Alb�niz Pedrell, Felip Fundaci�n Isaac Alb�niz   Madrid 1990
Alb�niz-Arb�s, historia de una amistad Reverter, Arturo Scherzo   Madrid 1989
Alb�niz Romero, Justo Edicions Pen�nsula   Barcelona 2002

Isaac Alb�niz

Ruiz Alb�niz, Victor Comisar�a General de M�sica   Madrid 1948
Isaac Alb�niz y los albores del renacimiento musical en Espa�a Salazar, Adolfo Revista de Occidente   Madrid 1926
Retrats de Ramon Casas Sempronio Edicions Pol�grafa, S.A.   Barcelona 1970
Imagen distanciada de un compositor-pianista Villalba, Luis Fundaci�n Isaac Alb�niz   Madrid 1990
 

Librer�a sobre Isaac Alb�niz

 
 

M�sica (Discos - Grabaciones) de Isaac Alb�niz

 

 
   
 
Otros m�sicos Modernistas Catalanes:
Isaac ALB�NIZ i Pascual  Enric GRANADOS i Campi�a  Joan LAMOTE DE GRIGNON i Bocquet  Antoni Laporta i Astort  APEL�LES MESTRES i O��s  Llu�s MILLET i Pag�s  Enric MORERA i Viura  Antoni NICOLAU i Parera  Jaume Pahissa i Jo  Felip Pedrell i Sabat�  Josep Ribas i Gabriel  Amadeu Vives i Roig 
 

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